Independientemente
de que sea pulsátil y martilleante o sordo y tan solo molesto, el dolor de
cabeza abunda en la población infantil. Los dolores de cabeza pueden tener un
amplio abanico de causas y muchos grados de intensidad. Es importante saber
reconocer cuándo un dolor de cabeza no es más que una molestia pasajera y
cuándo se trata de algo distinto que requiere atención médica.
Causas del dolor de cabeza
El dolor de cabeza se cree que tiene su origen en
cambios que afectan a las sustancias químicas, los nervios y los vasos
sanguíneos de esta parte del cuerpo. Estos cambios envían mensajes de dolor al
cerebro, lo que provoca el dolor de cabeza.
Por lo general, los niños tienen los mismos tipos
de dolor de cabeza que los adultos. Y el dolor de cabeza suele ser hereditario,
de modo que, si los padres padecen este tipo de dolor, es posible que sus hijos
también lo desarrollen.
Algunos de los posibles y numerosos desencadenantes
del dolor de cabeza son los siguientes:
- ciertos
medicamentos (el dolor de cabeza es uno de los posibles efectos secundarios de
algunos medicamentos)
- falta
de sueño o cambio repentino en los patrones de sueño
- saltarse
comidas
- estar
deshidratado
- estar
bajo mucho estrés
- sufrir
un traumatismo craneoencefálico menor
- utilizar
el ordenador o ver la televisión durante mucho tiempo seguido
- problemas
en la vista
- la
menstruación
- experimentar
cambios hormonales
- hacer
un viaje largo en coche o autobús
- escuchar
música a un volumen muy alto
- fumar,
oler olores fuertes, como perfumes, humos, gases o los olores que desprenden un
coche nuevo o una moqueta nueva ingerir demasiada cafeína (en refrescos, café,
té y/o chocolate)
- consumir
determinados alimentos (como alcohol, queso, frutos secos, pizza, chocolate,
helados, alimentos grasos o fritos, embutidos, perritos calientes, yogur,
aspartamo o cualquier alimento que contenga el aditivo glutamato monosódico o
GMS)
En
algunos casos, el dolor de cabeza está provocado por ciertas infecciones, como:
- infección
de oído
- infección
vírica, como una gripe o un resfriado común
- faringitis
estreptocócica
- infección
de senos nasales
- enfermedad
de Lyme
La mayoría de los dolores de cabeza no son indicativos
de que ocurra algo malo (aparte del dolor), aunque en contadas ocasiones, el
dolor de cabeza está provocado por afecciones médicas más graves.
Tipos de dolores de cabeza más
frecuentes
Cuando
un niño tiene más que un dolor de cabeza de carácter ocasional, los tipos de
dolor de cabeza más frecuentes en la población infantil son la cefalea tensional y la migraña.
Cefalea tensional
Bastante
frecuente en la población infantil, la cefalea tensional la puede desencadenar
una amplia variedad de factores estresantes, tanto de tipo psicológico como
físico. El dolor se suele describir como:
- una presión constante alrededor de la
parte anterior o frontal y los lados de la cabeza, que se puede sentir como si
se tuviera una cinta de goma apretada alrededor de la cabeza
- efecto constrictor, como si te
estuvieran comprimiendo o apretando la cabeza
- sordo
- molesto
Las dos principales diferencias existentes
entre las cefaleas tensionales y las migrañas son las siguientes: las cefaleas
tensionales no suelen ir acompañadas de náuseas o vómitos, y generalmente no
empeoran con la actividad física, síntomas más propios de las migrañas.
Migrañas
A
menudo desencadenadas por factores como el estrés, la falta de sueño y la
menstruación, las migrañas pueden cursar con los siguientes síntomas:
- dolor pulsátil, martilleante y continuo
en uno o ambos lados de la cabeza
- mareo
- dolor de estómago
- náuseas y/o vómitos
- ver puntos negros o halos
- sensibilidad a la luz, al ruido y/o a
los olores
La
mayoría de las migrañas duran entre 30 minutos y varias horas, aunque algunas
se pueden alargar hasta un par de días. Algunas personas que padecen migraña:
Simplemente
no se encuentran bien. La luz, los olores o los sonidos les pueden molestar o
hacerlas encontrarse peor. A veces, si intentan continuar con sus actividades
cotidianas después de que se inicie la migraña, pueden tener náuseas y vómitos.
A menudo el dolor se inicia solo en un lado de la cabeza. La actividad física
puede empeorar el dolor.
Presentan
auras, una especie de señal de aviso de que se avecina una migraña
(generalmente de 10 a 30 minutos antes de que se inicie el episodio). Es
posible que el aura sólo afecte a un ojo. Los síntomas más frecuentes del aura
incluyen visión borrosa, ver puntos negros, líneas en zigzag, luces
centelleantes u oler determinado olor.
Tienen
la premonición de que van a padecer migraña de horas a días antes del episodio.
Esto es algo distinto al aura y se puede asociar a antojos alimentarios, sed,
irritabilidad o sensación de tener una gran energía.
Presentan
debilidad muscular, pierden el sentido de la coordinación o tropiezan.
Lamentablemente,
los padres de lactantes de pocos meses o de niños de uno o dos años no podrán
saber si sus hijos padecen o no migrañas porque sus pequeños todavía nos saben
describir sus dolores. Cuando a un niño pequeño o a un bebé le duele la cabeza,
se puede ver inquieto, menos activo de lo normal, vomitando, pálido o
sonrojado.
Hay
variantes de la migraña que se cree que sólo se dan en la población infantil y
que son precursores de las migrañas más propias de la etapa adulta. Éstas
incluyen el vértigo paroxístico y los vómitos cíclicos.
El
vértigo paroxístico se describe como una sensación de que todo gira o da
vueltas a tu alrededor, como si se te fuera la cabeza repente, y que desaparece
en cuestión de minutos. Los niños que lo experimentan pueden parecer asustados
o inestables momentáneamente, como si tuvieran dificultades para andar. Estos
vértigos suele desaparecer en torno a los 5 años de edad.
Los
vómitos cíclicos también se dan en niños pequeños y consisten en episodios de
vómitos recurrentes. Pueden durar horas o días y no se suelen asociar a dolor
de cabeza. Este tipo de vómitos suele desaparece aproximadamente al principio
de la adolescencia.
Cuándo llamar al pediatra
Cuando un niño tiene un fuerte dolor de cabeza, es
fácil que sus padres se preocupen. De todos modos, tranquiliza saber que solo
en contadas ocasiones el dolor de cabeza es síntoma de algo grave. No obstante,
usted debería llevar a su hijo al pediatra si tiene dolores de cabeza
inexplicables o recurrentes durante un breve período de tiempo y de forma
regular.
- Llame
al pediatra si los dolores de cabeza de su hijo:
- ocurren
una vez al mes o con mayor asiduidad
- no
remiten con facilidad
- son
particularmente fuertes
Fíjese también en la posibilidad de que el dolor de
cabeza vaya acompañado de otros síntomas, ya que esos síntomas podrían ayudar
al pediatra a identificar su causa. Llame al pediatra si su hijo presenta
cualquiera de los siguientes síntomas asociados al dolor de cabeza:
- disminución
del nivel de alerta
- vómitos
- dolor
de cabeza al despertarse o que despierta al niño durante el sueño
- dolor
de cabeza consecuente a un traumatismo craneoencefálico o pérdida de la
conciencia
- dolor
de cabeza acompañado de convulsiones
- alteraciones
de visión
- sensación
de hormigueo
- debilidad
- torpeza
- erupción
cutánea
- dificultad
para hablar o para ponerse o mantenerse de pie
- dolor
o rigidez de cuello y/o nuca
- fiebre
u otros síntomas de infección
- tener
que faltar a clase o no poder participar en las actividades cotidianas
- cambios
de personalidad
- beber
u orinar en exceso (más de lo habitual)
Diagnóstico
El pediatra practicará una exploración física a su
hijo y le hará una buena anamnesis. Estos datos le ayudarán a averiguar qué
podría estar provocándole los dolores de cabeza. Usted debería informar al
pediatra de su hijo sobre los siguientes aspectos:
- lo
fuertes y frecuentes que son sus dolores de cabeza
- cuándo
empezó a tener dolores de cabeza
- qué
tipo de dolor siente y qué partes de la cabeza le duelen
- si los
dolores de cabeza suelen seguir la misma pauta o cambian a lo largo del tiempo
- cualquier
otro síntoma que presente su hijo asociado al dolor de cabeza
- cualquier
lesión que haya sufrido su hijo hace poco
- cualquier
cosa que le desencadene el dolor de cabeza
- la
dieta que sigue su hijo, sus hábitos, su patrón de sueño y qué parece aliviarle
o empeorarle el dolor de cabeza
- cualquier
factor estresante que pueda estar afectando a su hijo
- cualquier
problema médico que haya padecido su hijo
- cualquier
medicación que esté tomando su hijo
- cualquier
alergia que padezca
- si en
la familia hay antecedentes médicos de dolor de cabeza
Para ayudar a esclarecer el problema, los pediatras
suelen pedir a los padres (o directamente a sus pacientes, si se trata de niños
mayores o adolescentes) que lleven un diario sobre sus dolores de cabeza, donde
anotarán todos los episodios de dolor de cabeza que vayan teniendo, cuándo
ocurren, cuánto duran y unas breves anotaciones sobre qué podría haberlos
desencadenado.
Es posible que el pediatra practique a su hijo un
reconocimiento neurológico completo, que implicará observarle el interior de
los ojos y evaluar cómo le funcionan los nervios, para lo cual, pedirá al niño
que haga cosas como andar y tocarse la nariz. Es posible que el pediatra
también solicite un análisis de sangre o pruebas de diagnóstico por la imagen,
como una TAC (tomografía axial computada) o una RM (resonancia magnética) del
cerebro, para averiguar si el niño padece algún problema médico que podría
estar provocándole los dolores de cabeza.
Cómo ayudar a su hijo
El tratamiento del dolor de cabeza de su hijo
dependerá de lo que determine el pediatra sobre cuál podría ser su causa más
probable. De todos modos, la mayoría de los dolores de cabeza se pueden tratar
en casa con escasas intervenciones médicas.
Para ayudar a aliviar el dolor de cabeza de su
hijo, pídale que:
- Se
acueste en una habitación fresca, oscura y silenciosa.
- Se
ponga un paño húmedo y fresco sobre la frente o los ojos.
- Se
relaje.
- Respire
profundamente.
Asegúrese de que su hijo ha comido y ha bebido. Los
niños que tienen migraña es posible que solo tengan ganas de dormir y que se
sientan mejor al despertarse. Una parte importante del tratamiento de la
migraña consiste en evitar los factores que la desencadenan.
De ahí la importancia de llevar un diario, que
permite identificar estos desencadenantes.
También puede darle a su hijo un analgésico de
venta sin receta médica, como el paracetamol o el ibuprofeno. De todos modos,
lea atentamente el prospecto para asegurarse de que le da la dosis correcta y a
los intervalos correctos. Si tiene alguna duda sobre la dosis, consulte al
pediatra del niño. Y, si su hijo tiene menos de 2 años o padece otros problemas
médicos, llame al pediatra antes de administrarle ningún analgésico. Él le
indicará si debe o no administrárselo y, en caso afirmativo, en qué cantidad
(en función del peso y la edad del niño).
No dé nunca Aspirina (que contiene ácido
acetilsalicílico) ni cualquier otro medicamento que contenga salicilatos a un
niño, a no ser que se lo indique específicamente un médico o pediatra. Estos
medicamentos pueden provocar el síndrome de Reye, una afección de riesgo vital.
Si su hijo padece un dolor de cabeza de tipo
migrañoso y de carácter crónico, es posible que el pediatra le recete un
medicamento para que se la tome cuando empiece el dolor o bien diariamente como
medida preventiva. Para decidir si conviene o no medicar o su hijo, el pediatra
tendrá en cuenta la frecuencia de las migrañas y sopesará los efectos
beneficiosos de la medicación con sus posibles efectos secundarios.
Hable sobre el control del dolor con el pediatra,
quien elaborará un programa de tratamiento, que es posible que contemple
medidas de alivio del dolor que no impliquen la toma de medicamentos, como la
relajación, las técnicas de control del estrés y la evitación de los
desencadenantes.
La clave para aliviar los dolores de cabeza de su
hijo consiste en hacer un atento seguimiento de sus episodios de dolor de
cabeza y de sus síntomas y seguir las recomendaciones del pediatra.
Revisado
por: Elana Pearl
Ben-Joseph, MD
Fecha de revisión: abril de 2013
Fecha de revisión: abril de 2013