Ya te ha pasado
antes —llegas a casa del colegio encontrándote fatal y con dolor de garganta.
Tu madre te pone la mano en la frente y te toma la temperatura con un
termómetro. Al cabo den unos minutos oyes la palabra fiebre.
¿Pero qué es
exactamente la fiebre y por qué tienen fiebre los niños? ¿Por qué a los padres
y los médicos les preocupa tanto? Y, cuando tienes fiebre, ¿cómo puedes
quitártela de encima? No te escondas todavía bajo las mantas de tu cama —sigue
leyendo para aprender más cosas sobre la fiebre.
Todo empieza en
el cerebro
Para entender
realmente qué es la fiebre, necesitas conocer al hipotálamo. El
hipotálamo está en el centro del cerebro. Piensa en él como en el termostato del cuerpo
—ese aparato que hay en las paredes de muchas casas y que se utiliza para
graduar la temperatura de la calefacción y/o del aire acondicionado. El
hipotálamo sabe a qué temperatura debe estar el organismo de una persona y
envía mensajes al resto del cuerpo para que se ponga y mantenga a esa
temperatura.
La temperatura
corporal de la mayoría de seres humanos está alrededor de los 37° C (98,6°
Fahrenheit). Algunas personas tendrán una temperatura normal un poco más alta;
otras la tendrán un poco más baja.
La temperatura
corporal de la mayoría de la gente también oscila levemente a lo largo del día:
suele estar un poco más baja por la mañana y un poco más alta al anochecer. En
la mayoría de los niños la temperatura corporal permanece bastante constante de
un día a otro —hasta que entran en escena los gérmenes.
Los gérmenes
entran en escena
¿Te acuerdas de
la faringitis que te dejó tan hecho polvo? ¿O de cuando
la gripe te dejó con el cuerpo dolorido y
completamente agotado? Estas infecciones están provocadas por gérmenes que se
introducen en el cuerpo, generalmente bacterias o virus.
En cuanto
entran en escena los gérmenes y te hacen enfermar, liberan determinadas
sustancias químicas en tu torrente sanguíneo. Cuando tu hipotálamo detecta esas
sustancias, automáticamente gradúa el termostato de tu cuerpo. En vez de
indicar al resto del cuerpo que debería estar a 37° C (98,6° Fahrenheit), le
indica que debería estar a 38,9° C (102° Fahrenheit).
¿Por qué ante
la llegada de gérmenes nocivos el hipotálamo indica al resto del cuerpo que
suba de temperatura? Los investigadores creen que el hecho de aumentar la
temperatura corporal es una forma de luchar contra los gérmenes al convertir el
cuerpo en un lugar menos cómodo para ellos. La fiebre también es un buen
indicador, sea para ti, para tus padres o para los médicos, de que estás enfermo. Sin fiebre, sería mucho más
difícil saber que una persona tiene una infección y lo grave que esta es. Por
eso a los adultos les interesa saber si tienes fiebre y cuánta fiebre tienes.
A temblar y
luego a sudar
Una vez el
hipotálamo regradúa el termostato del cuerpo, este se pone manos a la obra y se
empieza a calentar. Cuando te empieza a subir la fiebre, tu cuerpo está
intentando calentarse y es posible que te pongas a temblar para crear más
calor. Es posible que tengas mucho frío a pesar de que no haga frío en tu
habitación y lleves puesto un pijama o camisón de invierno y te tapes con
muchas mantas.
Cuando tu
cuerpo alcance la nueva temperatura fijada por el hipotálamo —es decir, 38,9° C
(102° Fahrenheit)— dejarás de tener frío y de temblar. ¡Según el hipotálamo,
habrás alcanzado la temperatura que debías alcanzar!
Cuando
desaparezca la causa de la fiebre, el hipotálamo indicará a tu cuerpo que recupere
su temperatura normal. Por ejemplo, cuando el medicamento para la faringitis te
empiece a hacer efecto, tu cuerpo empezará a bajar de temperatura y ya no
tendrías más escalofríos. Empezarás a sentir calor y tendrás que librarte del
calor extra que habrá acumulado tu cuerpo. Es posible que empieces a sudar y
tal vez prefieras ponerte un pijama más fresco.
Luchar contra
la fiebre
Para casi todos
los niños, la fiebre no es un gran problema. En cuanto te traten la causa de la
fiebre o remita por sí sola, te bajará la temperatura corporal hasta recuperar
los niveles normales y te volverás a encontrar bien. La mayoría de médicos
consideran que los niños con una fiebre de menos de 38,9° C (102° Fahrenheit)
no necesitan ninguna medicación especial a menos que la fiebre les provoque
malestar.
De todos modos,
las cosas son muy diferentes cuando se trata de un recién nacido o un lactante
de pocos meses. Debería verlos un médico siempre que tengan 38° C (100,4°
Fahrenheit) o más.
Si un niño
tiene fiebre alta, lo más probable es que el médico les diga a sus padres que
le den un antipirético, es decir, un medicamento para bajar la fiebre. Los dos
antipiréticos más recomendados son el paracetamol y el ibuprofeno.
Ambos bloquean las sustancias químicas que indican al hipotálamo que suba la
temperatura corporal. Los niños no deberían tomar nunca ácido
acetilsalicílico (el principio activo de la aspirina) para tratar la fiebre
porque puede provocar una enfermedad muy poco frecuente pero grave.
Cuando tengas
fiebre, probablemente tu madre o tu padre te dirá que bebas abundante líquido.
Esto es importante porque, cuando el cuerpo se calienta, es fácil que se deshidrate,
es decir, que pierda demasiada agua. Tienes mucho donde elegir para hidratarte
bien —zumo, agua, bebidas isotónicas, sopa, gelatina con sabor a frutas e
incluso polos. Antes de que te des cuenta, tu madre o tu padre te volverá a
poner el termómetro y dirá: "Tu temperatura es normal. ¡Ya no tienes
fiebre!"
KidsHealth