Le
pican los ojos, te moquea la nariz, estornudas constantemente y tienes ronchas
por todo el cuerpo. El enemigo conocido como alergia ha vuelto a atacar y lo
único que te apetece es hacerte un ovillo y esperar a que acabe la pesadilla.
Tiene
que haber algo que puedas hacer para encontrarte mejor. De hecho, los médicos
parecen tener remedios para todo, ¿verdad? No para las alergias. No obstante,
hay cosas que puedes hacer para atenuar los síntomas de la alergia o para
impedir que aparezcan, aunque no podrás librarte de la alergia.
¿Qué
son las alergias?
Las
alergias son una reacción anormal del sistema inmunitario a cosas que
típicamente son inofensivas para la mayoría de la gente. Cuando eres alérgico a
algo, tu sistema inmunitario percibe equivocadamente esa sustancia como nociva
para tu cuerpo. (Las sustancias que provocan reacciones alérgicas, como ciertos
alimentos, el polvo, el polen de las plantas o algunos medicamentos, se
denominan alérgenos.) Tu sistema inmunitario, en un intento de proteger a
tu cuerpo contra algo que percibe como una amenaza, produce anticuerpos
IgE contra el alérgeno. A su vez, estos anticuerpos hacen que determinadas
células del cuerpo liberen ciertas sustancias químicas al torrente sanguíneo,
una de las cuales es la histamina. La histamina actúa en los ojos, la
nariz, la garganta, los pulmones, la piel y/o el tubo digestivo, provocando los
síntomas de la reacción alérgica. La posterior exposición a los mismos
alérgenos volverá a desencadenar la misma respuesta. Esto significa que, cada
vez que entres en contacto con esos alérgenos, presentarás la misma reacción
alérgica.
Las
reacciones alérgicas pueden ser leves, como que te moquee la nariz, o graves,
como tener dificultades para respirar. Por ejemplo, un ataque
de asma a menudo es una reacción alérgica a algo que ha inhalado una
persona susceptible.
Algunos
tipos de alergias producen múltiples síntomas, y en casos raros, las reacciones
alérgicas pueden ser muy graves — lo que se conoce como choque
anafiláctico o reacción anafiláctica. Algunos de los síntomas de la
reacción anafiláctica son dificultad para respirar y para tragar, inflamación
de labios, lengua y garganta u otras partes del cuerpo, mareo y/o pérdida de la
conciencia. La reacción anafiláctica suele ocurrir pocos minutos después de
exponerse a una sustancia desencadenante, como el cacahuete, pero algunas
reacciones pueden tardar hasta cuatro horas en aparecer. Afortunadamente, las
reacciones anafilácticas no son frecuentes, y remiten si se siguen los procedimientos
médicos adecuados.
¿Por
qué la gente desarrolla alergias?
La
tendencia a desarrollar alergias suele tener una base hereditaria, lo que
significa que la llevas en los genes. (¡Dales las gracias a tus padres!) De
todos modos, el hecho de que tu padre, tu madre o un hermano tuyo sean
alérgicos a algo no significa que tú tengas que desarrollar necesariamente la
misma alergia. Generalmente una persona no hereda una alergia en concreto, sino
sólo una propensión a tener alergias.
¿A
qué suele ser alérgica la gente?
Algunos
de los alérgenos más habituales son:
Alimentos. Las
alergias alimentarias son mucho más frecuentes en los lactantes, y a menudo
remiten conforme el bebé va madurando. A pesar de que algunas alergias
alimentarias pueden ser graves, muchas de ellas sólo provocan síntomas
molestos, como erupciones cutáneas asociadas a picor, cogestión nasal y
diarrea. La mayoría de especialistas en alergias coinciden en que los alimentos
a los que la gente suele ser más alérgica son la leche y los derivados lácteos,
los huevos, el trigo, la soja, los cacahuetes, las nueces y el marisco.
Picaduras
y mordeduras de insectos. El veneno de las picaduras y mordeduras de
algunos insectos provoca reacciones alérgicas en mucha gente. Estas reacciones
pueden ser graves, y en algunas personas se puede producir una reacción
anafiláctica.
Partículas
transportadas por el aire. Se suelen denominar alérgenos ambientales y son
los alérgenos más habituales. Algunos ejemplos de partículas transportadas por
el aire que pueden desencadenar reacciones alérgicas son los ácaros del polvo
(los bichitos diminutos que viven en el polvo doméstico); las esporas del moho;
la caspa de los animales domésticos (las escamas de piel seca con saliva seca
procedentes de tus mascotas); y el polen de la hierba, la ambrosía y los
árboles.
Medicamentos. Los
antibióticos — medicamentos utilizados para tratar algunos tipos de infecciones
- son los fármacos que provocan más reacciones alérgicas. Hay muchos otros
medicamentos, incluyendo los que se venden sin receta médica, que también
pueden provocar reacciones alérgicas.
Sustancias
químicas. Algunos productos de belleza y algunos detergentes para la ropa
provocan en algunas personas erupciones asociadas a picor (ronchas). Esto suele
obedecer a que estas personas son alérgicas a los componentes químicos de tales
productos. Los tintes, los productos de limpieza de uso doméstico y los
pesticidas utilizados para tratar las plantas pueden provocar reacciones
alérgicas en algunas personas.
¿Cómo
se diagnostican y se tratan las alergias?
Si
tu médico de cabecera sospecha que puedes ser alérgico a algo, es posible que
derive a un alergólogo o alergista, una persona especializada en el diagnóstico
y el tratamiento de las alergias, para que te practique algunas pruebas. El
alergólogo te hará preguntas sobre tus síntomas alérgicos (por ejemplo, con qué
frecuencia y cuándo se manifiestan) y sobre si algún otro miembro de tu familia
tiene alguna alergia. Asimismo, te hará algunas pruebas para confirmar si eres
alérgico, que dependerán del tipo de alergia que sospeche que puedes tener y
que podrán incluir análisis de sangre y pruebas dérmicas.
La
forma más segura de evitar las reacciones alérgicas consiste en mantenerse
alejado de las sustancias que las provocan (lo que se conoce
como evitación). Algunas alergias también se pueden tratar con
medicamentos administrados por vía oral (por la boca) o en forma de
inyecciones.
Evitación
En
algunos casos, como en las alergias alimentarias, evitar el alérgeno es una
necesidad ineludible, puesto que la reacción alérgica podría poner en peligro
la vida de la persona. Esto se debe a que, a diferencia de las alergias a las
partículas transportadas por el aire, que se pueden tratar con medicación, sea
por vía oral o en forma de inyecciones, la única manera de tratar las alergias
alimentarias es evitando completamente el alérgeno. Por ejemplo, la gente que
es alérgica a los cacahuetes deberá evitar no sólo los cacahuetes sino también
aquellos alimentos que sólo contengan cantidades muy reducidas de cacahuete.
La
evitación también puede ayudar a proteger a la gente de los alérgenos no
alimentarios o químicos. De hecho, en algunos casos, evitar exponerse al
alérgeno es él único tratamiento necesario para prevenir los síntomas
alérgicos, sin que haga falta medicarse ni someterse a ningún otro tratamiento.
He
aquí algunas cosas que pueden ayudarte a evitar los alérgenos transportados por
el aire:
- No permitas
que tus mascotas entren en algunas habitaciones, por ejemplo en tu cuarto, y
báñalas si es necesario.
- Retira las
alfombras, alfombrillas o moquetas de tu habitación (las superficies duras no
acumulan tanto polvo como las almohadilladas).
- No cuelgues
cortinas voluminosas y deshazte de los objetos que tienden a acumular polvo
(como peluches, tapices y similares).
- Limpia
frecuentemente (¡si tu alergia es grave, es posible que te libres de hacer la
limpieza!)
- Si eres
alérgico a los ácaros del polvo, utiliza fundas especiales para cubrir las
almohadas y colchones.
- Si eres
alérgico al polen, mantén las ventanas cerradas cuando la polinización esté en
su máximo apogeo, cámbiate de ropa cuando llegues a casa después de estar al
aire libre — y no se te ocurra cortar el césped.
- Si eres
alérgico al moho, evita los lugares húmedos, como los sótanos, y mantén limpios
y secos el cuarto de baño y otros lugares donde se suele formar moho.
Medicamentos
A
menudo se utilizan medicamentos, como comprimidos o nebulizadores nasales, para
tratar las alergias. Aunque estos medicamentos ayudan a controlar los síntomas
alérgicos (como el moqueo, el dolor de cabeza y la congestión nasal), no curan
las alergias ni pueden erradicar la tendencia a tener reacciones alérgicas.
Existen muchos fármacos eficaces para tratar las alergias comunes, y tu médico
te puede ayudar a identificar el más adecuado para tu caso en concreto.
Otro
tipo de medicamento que deben tener a mano algunas personas que tienen alergias
graves es la adrenalina, también denominada epinefrina, en forma
inyectable, un fármaco de acción rápida que puede ayudar a contrarrestar la
reacción anafiláctica. Este medicamento viene en un envase fácil de transportar
parecido a un bolígrafo. La adrenalina sólo se puede comprar con receta médica.
Si tienes una alergia grave y tu médico considera que deberías llevar encima
este medicamento, te dará instrucciones sobre cómo utilizarlo.
Inyecciones
Las
inyecciones para tratar las alergias también se conocen como inmunoterapia. Al
recibir inyecciones de un alérgeno, tu cuerpo desarrollará gradualmente
anticuerpos y tu sistema inmunitario experimentará otros cambios. Estos cambios
contribuirán a bloquear la reacción desencadenada por la sustancia a la que
eres alérgico. La inmunoterapia sólo está recomendada para tratar algunos tipos
de alergias, como la rinitis alérgica, pero no tiene ninguna utilidad para
tratar otros tipos de alergias, como las alimentarias.
Aunque
a mucha gente siente aprensión ante la idea de que le pongan inyecciones para
tratar la alergia, este tratamiento puede ser muy eficaz y enseguida te
acostumbras a las inyecciones. En muchos casos, cuanto más se prolonga el
tratamiento, más ayuda a producir anticuerpos para contrarrestar la reacción
alérgica. A pesar de que las inyecciones no curan la alergia, tienden a
incrementar la tolerancia de una persona al alérgeno, lo que se asocia a una
disminución de la cantidad y/o intensidad de los síntomas.
Si
eres muy alérgico a las picaduras y mordeduras de insectos, habla con tu médico
sobre la posibilidad de que un alergólogo te trate con inmunoterapia.
¿Se
trata de un catarro o de una alergia?
Si
en primavera y verano tienes resuello y muchos estornudos, es posible que
padezcas alguna alergia. Sin embargo, los catarros pueden ocurrir en cualquier
época del año (aunque son más frecuentes en los meses más fríos). A pesar de
que los catarros y las alergias producen síntomas similares, los primeros
generalmente sólo duran alrededor de una semana. Y, aunque tanto los catarros
como las alergias pueden provocar picores en los ojos y la nariz, los
resfriados y las infecciones víricas también pueden dar fiebre, dolores y
molestias diversas. Los síntomas del catarro suelen empeorar a medida que
avanza el día y, con el paso del tiempo, van mejorando de forma gradual,
mientras que las alergias se desencadenan tras la exposición al alérgeno y
duran mientras persiste la exposición. Si no estás seguro de si tus síntomas
están provocados por una alergia o por un resfriado, consulta a tu médico.
Cómo
hacer frente a las alergias
Una
vez sabes que eres alérgico a algo, ¿cómo puedes hacer frente a tu alergia? ¡En
primer lugar y sobre todo, intenta evitar aquello a los que eres alérgico! Si
padeces una alergia alimentaria, esto significa evitar los alimentos que te desencadenan
los síntomas y aprender a leer detenidamente las etiquetas de los alimentos
para asegurarte de que no contienen ni siquiera cantidades minúsculas del
alérgeno. Si padeces una alergia ambiental, te puede ayudar mantener la casa
limpia de polvo y de la caspa de los animales domésticos, así como tener un
cuidado especial aquellos días en que haya más polen en el exterior. Utiliza
detergentes y productos de belleza que no contengan perfume ni tintes (los
ingredientes no alergénico se mencionan en las etiquetas de los productos como
hipoalergénicos). Evita el contacto con los productos de limpieza de uso
doméstico y con los productos químicos que se utilizan en jardinería siempre
que sea posible.
Si
te estás medicando para la alergia, asegúrate de seguir las instrucciones que
te haya dado el alergólogo al pie de la letra y no te olvides de informar a tu
médico de cabecera sobre cualquier tratamiento que te recete el alergólogo
(sean inyecciones o fármacos administrados por vía oral). Si padeces una alergia
grave, tal vez te interese considerar la posibilidad de llevar una placa de
identificación para situaciones de urgencia (por ejemplo, un collar o pulsera
de alerta médica), donde se explique a qué eres alérgico y con quién se debe
contactar en caso de urgencia.
Si
te han diagnosticado una alergia, tienes buenas perspectivas. Una buena noticia
es que actualmente los médicos y científicos están trabajando para entender
mejor las alergias, mejorar los métodos para tratarlas y, a ser posible,
prevenirlas antes de que se desarrollen.
Revisado por: William J. Geimeier, MD
Fecha de la revisión: mayo de 2007
Fecha de la revisión: mayo de 2007